So hard for the money...

Empecé a buscar otro trabajo. Estoy hablando de Cancún; o era prostituirme para los turistas o algo de hotelerìa, bares, tiendas de souvenir, guía de turistas… que al fin y al cabo también era prostituirse a los turistas jajajajaja.

Un trabajo prometedor de auxiliar de oficina resultó de vender perfumes ¬¬.

En otro de recepción me dijeron: "Gracias, estas muy bien capacitada para el trabajo, pero buscamos chicas de talla 0 y 5, máximo 7… Creímos que se sobreentendía en el periódico donde publicamos que requeríamos buena presentación".

Ni en mi más amplio vocabulario de vulgaridades encuentro grosería para denominar esa mamada: Si eres talla 9 (y enferma había bajado de peso, soy talla 11) no tienes buena presentación.

En un trabajo de asistente de limpieza en un hotel requerían tener bonitas piernas por que el uniforme era una micro falda jajajajajajaja.

Por esas fechas mis tías me consiguieron un espacio en la bolsa de trabajo del IMSS, pero para mi era la misma chingadera ser trabajadora del jodido imss que prostituirme a los turistas, así que lo mantuve como ‘una posibilidad’

Un día por mi casa abrieron una caseta telefónica con Internet: Intertel Gran Plaza (estaban empezando a construir la Gran Plaza Cancún). Los dueños eran una pareja de argentinos. Silvia y Willy. (no se por que a los argentinos llamados Guillermo les encanta ponerse ‘Willy ¬¬’) Eran encantadores y me recibieron con los brazos abiertos

‘Por el momento es solo un proyecto, funciona de caseta a los trabajadores de la gran plaza, pero una vez que esta este abierta, toda la crema y nata de Cancún utilizará nuestras instalaciones’.

- Palabras de Mr. Willy.

Lo que se traducía como: estas completamente sola, cuando lleguen los albañiles guatemaltecos a trabajar y antes de irse van a venir en manada a hablar por teléfono a sus 5 esposas y 30 hijos hambrientos. Puede que de vez en cuando venga alguno de los arquitectos e ingenieros, así que por favor flojita y cooperando.

En las mañanas y tardes se atascaba de los albañiles guatemaltecos amontonados tratando de dictarte su número telefónico en su dialecto. A medio día o tarde iban los arquitectos a tratar de conquistarnos a mi y la chica del otro horario chingue, chingue y chingue.

El resto del día estaba absolutamente solo, ni un alma.

Yo era muy amable, pero reservada y tímida, así que cada que empezaban con sus rituales de apareamiento primitivos yo les dejaba bien claro que no me interesaba; sin embargo la chica del otro turno (aparte de que era más bonita ¬¬) era súper simpática, platicaba con ellos con risitas coquetas y estaba abierta a lo que surgiera. Obviamente los arquitectos e ingenieros dejaron de ir conmigo para ir con ella.

Mis ganancias bajaron drásticamente. Mientras el negocio en su horario era un éxito a mi solo me tocaban los albañiles guatemaltecos uno sobre otro gritándome su numero de teléfono en su dialecto.

Mr. Willy me dijo muy amablemente que tal vez yo los estaba ahuyentando, que fuera más amable, que si mis ganancias no mejoraban me despedían. Mrs. Silvia con un tono dulce y adorable me dijo que Laura (la otra chica) era muy accesible y agradable para los clientes. “Por que no te pones ropa algo más juvenil?, por que no te maquillas?, Tal vez podrías aceptar salir con alguno de ellos, mira a Laura le va muy bien.”

Mi autoestima estaba masacrada, iba a esforzarme al máximo para probarles que podía ser mejor.

Una mañana llegó uno de los albañiles guatemaltecos antes que todos los demás, mientras me pedía que marcara su número se acercó a mi y en menos de lo que me di cuenta sacó una navaja, me la puso en el cuello y me pidió el dinero de la caja. En aquel entonces me quería morir y no me hubiera importado mucho, pero a fin de cuentas hasta mi vida valía más que los $1200 del cajón de Intertel Gran Plaza…

Se fue con el dinero, yo quedé con un gran rasguño en el cuello y otro sentimiento de fracaso tremendo. Di mi descripción a la policía y aumenté mi dosis de antidepresivo. No había mayor problema mientras mis comprensivos jefes aumentaran la seguridad en su changarro.

Estas bien Araceli?
Si, solo fue el susto
Eso y los $1200 pesos que habías ganado a lo largo del día.
Si, pero gracias a que se los di no me hizo daño (pendejo!)
Che, y no había manera de que vos te hubieras defendido?
De haberla no lo hubiera dudado (megapendejo!)
Digo, vos viste una navaja? Pudo haber sido un cuchillo o hasta una pluma plateada.
Estando en mi cuello poco me importaba si era la navaja que vi (pendejo) o un huevo de pascua (überpendejo!)

Hay Willy como le preguntas eso, no ves que esta nerviosa?

Ya paso Ara, tranquila. Pero ya ves? Ese carácter tan poco firme no te ayuda en nada. Como te vieron toda tranquila, amable y distraída se aprovecharon de vos. A ver por que no asaltaron a Laura?

O.o?

Silvina (su hija) ha trabajado conmigo en otros establecimientos y vieras como la respetan! A ella jamás, jamás le pasaría algo así. Ah, no, ella si tiene carácter, esta bien despierta y se hubiera defendido. Pero bueno, que bueno que estas bien.

-Si alguien me pregunta por que odio a los argentinos le escupo en la cara!-

Los odié con todas mis ganas y quise contratar a alguien que asaltara, violara y torturara a Silvina… pero estaba pasando por una crisis de personalidad impresionante y la única manera de controlarme era con montones de ansiolíticos al día, los cuales solo podía pagar si seguía con ese par de pendejos.

Mi enfermedad latente, el asalto, las palabras del par de pendejos, problemas con Alan, problemas con Guillermo, problemas con Daniel… No pude soportarlo y Diana se encargó por mi.

Me volví cínica. Una auténtica perra. De esas cosas borrosas de mi pasado no se si les corrí a sus clientes con mi comportamiento agresivo, si le hice alguna mamada a sus amados arquitectos, si les destruí algo del equipo. La cosa es que mientras llegaba la quincena para despedirme preferían evitarme. En esas estamos cuando llega un pinche yucateco drogado, saca otra navaja y me la pone en las costillas.

Ah no!!! Ahora si no mamen!!! Le di un empujón (alcanzó a rasgarme la blusa), lo acorralé contra una de las casetas telefónicas y le dije: mira imbècil, ves esa cámara ahí arriba? (no había tal cámara jajaja) Te están grabando y ya vienen por ti, mejor lárgate de una chingada vez!!!

Me da un golpe en el hombro, tira los teléfonos de la caseta y sale corriendo como alma que lleva el diablo.

No recuerdo más. En serio, no se que pasó cuando llegaron el puto Mr. Willy y la puta Mrs. Silvia. Es de esas cosas que siguen bloqueadas…

Mi madre solo se limita a decir, que no les quedó duda alguna de que ni me falta un carácter firme, ni soy tranquila, ni soy amable, ni soy distraída…

Continuarà...